jueves, 16 de abril de 2015

Crónica DU VALLE DE EGÜÉS, por María Loizu

El XVI Duatlón Valle de Egüés, entre bambalinas


Sarriguren, sábado 11 de abril de 2015. A muchos de los ‘hirukis’ el despertador hoy nos ha sonado antes que para ir a trabajar. Hoy tenemos una cita importante, que llevamos preparando meses: el XVI Duatlón Valle de Egüés. Después de cientos de whatsapp, reuniones, mucho esfuerzo, algún contratiempo y buena coordinación, hoy hay que echar el resto para que todo salga perfecto. Los triatletas tienen que disfrutar al máximo de esta jornada con sus equipos o parejas.

Son las 8.30 horas y los voluntarios del "Club Hiruki Valle de Egüés Triatlón" que forman parte de la Comisión organizadora de este duatlón comienzan a montar el decorado propio de este tipo de competiciones: mover vallas, colocar carteles, preparar bolsas, organizar premios, señalizar, establecer la salida, la meta, la zona de boxes, repartir dorsales… Y así, un largo etcétera. Son muchos los detalles que hay que tener en cuenta. Pero es más la energía puesta en cada uno de ellos. Varios ‘hirukis’ se acercan a echar una mano aunque no les ‘toque’, algunos nos ponemos cara por fin, y entre los “vamos a poner aquí, quitar de allá” conocemos los próximos retos deportivos de nuestros compañeros, surgen quedadas, nacen proyectos. Un ambiente que convierte un día duro en una jornada entretenida.

A la hora de la comida tenemos todo controlado, casi listo; reponemos fuerzas con un bocata y nos organizamos para cubrir el recorrido. Es fácil darse cuenta de qué hirukis y triatletas van a participar: en sus rostros y sus gestos se palpa la adrenalina previa a un duatlón… que en esta ocasión van a vivir en compañía, por lo que todavía sabe mejor. Se siente una pizca de envidia al verles desfilar para pasar el control del material… Pero nosotros a lo nuestro. Nos enfundamos el chaleco amarillo para cubrir los puntos conflictivos del recorrido junto a policías y jueces y esperamos ansiosos esa primera moto. Desde la barrera, cuando la ausencia de tráfico nos libera de nuestras tareas, damos ánimos, somos testigos del esfuerzo de equipos y parejas, y disfrutamos del momento de la competición.


12 horas después, en la Ciudad Deportiva de Sarriguren parece que no ha pasado nada. Ni rastro de vallas, escenarios, carpas o líneas de meta. Nos despedimos con la satisfacción de saber que muchos triatletas han podido disfrutar hoy gracias a nuestro trabajo silencioso. Un trabajo que también valoraré cuando me anime a competir.

María Loizu
Club Hiruki Valle de Egüés Triatlón, miembro de la comisión organizadora del XVI Duatlón Valle de Egüés

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