miércoles, 27 de mayo de 2015

Crónica VII TRIATLÓN DE HONDARRIBIA, por Antonio Bru

Sábado 23 de mayo, distancia sprint.

Suma y sigue. No podía ser de otra manera.Ya hemos disfrutado del segundo triatlón cantábrico. El balance, plenamente satisfactorio. Después de competir en Deba, y disfrutar como un enano, sobre todo en el segmento de bicicleta, tocaba preparar el equipaje para desplazarnos a Hondarribia.

El día amenazaba lluvia. Sin embargo, tuvimos la suerte de que el sol quiso unirse a la fiesta triatlética y por lo menos no pasamos frío. Era el debut de un amigo, Rafa Marichalar. La sensación del primer triatlon es indescriptible: nervios, incertidumbre, mirada a lo desconocido... Una vez suena la bocina de salida sólo queda hacerlo lo mejor posible.


Cientos de cabezas se lanzan a las olas en busca de la primera boya. No hay tregua. Tras un esfuerzo no demasiado prolongado, toca coger la bici. El neopreno no quiere salir, se resiste y después de tanta torpeza, por fin cede.

Bicicleta. Subida al faro. Subimos piñones y es necesario estar atento para integrarse en un buen grupo.Ya está hecho. Las rampas que van hacia Guadalupe no son demasiado duras. Es una pena ver a Amaia Navarro parada por un inoportuno pinchazo. Seguro que el tiempo le dará más oportunidades. Se nos cruzan las primeras clasificadas que toman las curvas como verdaderas expertas, a pesar de su juventud. Y las últimas rampas hacia Jaizkibel nos obligan a apretar los dientes. Toca bajar por donde hemos subido.

En la carrera a pie decido unir fuerzas con Guillermo Vahl y superamos a algunos rivales. Decidimos entrar a meta a la vez y de la mano...


Después de la carrera aprovecho para recibir un merecido masaje mientras practico mi maltrecho inglés con dos chicas muy simpáticas, Tamsyn y Grace. Qué bonita es la amistad... Y mientras recibo el masaje me pongo a pensar en todas las amistades que hemos hecho gracias a este deporte: por ahí charlan y bromean Marcos Sarasibar y Ander Noain, varios hirukis comparten experiencias, Iñaki Marsal y los jóvenes del equipo de Ansoain reponen fuerzas. ¿Por qué me gusta tanto el triatlón?





Está claro, porque me gusta competir y sobre todo por todas las amistades que hemos sembrado a lo largo de estos años. Un brindis: TXIN TXIN.

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