jueves, 7 de mayo de 2015

Crónica I DUATLÓN VILLA DE LARRAGA, por Mikel Acarreta

Viernes 1 de mayo,
Bip, Bip! , Bip, Bip!!!   Suena el despertador,  son las 8 de la mañana y hay que desayunar.  En tres horas comenzará el 1 duatlón de Larraga,  mi pueblo.
Un par de tostadas, zumo de naranja y un buen café con leche que me ayudan a ponerme las pilas.
Parece que el tiempo nos va a respetar, hace una buena temperatura, 15ºc  y apenas  hay viento.  Más miedo me da el hecho de que han caído unas gotas durante la noche  y esto puede ser peligroso ya que tanto en la bici como en la parte a pie, hay zonas con curvas que pueden estar muy resbaladizas.
El circuito  a pie consta de dos vueltas al pueblo, con varias cuestas que lo hacen bastante durillo. El segmento de la bici se compone de dos vueltas Larraga-Berbinzana, también tiene buenas rampas y unas curvas bastante cerradas que con el suelo mojado pueden dar algún que otro susto. Cinco hirukis entre los participantes: Antonio Bru, David Latasa, Jorge Casas, Carmen Varela y Victor Zubicoa.
Acabo de prepararme el bolso, y salgo con la bici a recoger el dorsal. Son las 9:30 y ya se empieza a notar el ambientillo. Ajetreo de bicis, y gente de la organización con los últimos preparativos.
Aunque es la primera vez que se celebra este duatlón, confío en la experiencia de la asociación Amigos del Cross de Reyes de Larraga.  Este  grupo de vecinos del pueblo lleva  ya 27 años organizando, y de qué manera,  esta ya clásica cita del calendario del running en Navarra.  
Ya son las 10:20, toca dejar la bici en boxes  y empezar a calentar.  
En el calentamiento me junto con mucha gente del pueblo. Da gusto ver como se involucra todo el mundo  en este pueblo con el deporte.  A pesar de ser un pueblo de poco más de 2000 habitantes, es capaz de organizar  tres competiciones cada año:  El famoso Cross de Reyes de Larraga, el BTT Ciudad de Larraga  y este primer duatlón que espero no sea el último.
No paro de dar consejos durante el  calentamiento, muchos amigos y vecinos me piden consejo con el vestuario, las transiciones, el reglamento,…  no están acostumbrados a este tipo de carreras. A todos procuro decirles que sobre todo tengan mucho cuidado con las bicis, especialmente en la curva cerrada al salir del pueblo que con el suelo mojado puede dar muchos sustos.
Son las 11, comienza la carrera. Buenas sensaciones, después de un primer kilómetro bastante rápido, a 3:20m/km  empezamos a regular.  Un primer grupo de unos 5 o 6 corredores ya se empieza a distanciar, por detrás vamos otros 4 o 5 corredores, entre ellos Antonio Bru. Se le ve fuerte después del 4 puesto en la carrera de Zizur la semana pasada.


Hacemos  todo el primer sector junto llegando a la transición con un tiempo de 17:45, buen tiempo teniendo en cuenta que el circuito tiene buenas cuestas.
Ya en los boxes, y como viene siendo tradición me sacan tarjeta amarilla. En esta ocasión por no abrocharme el casco.  Me obligan a colgar la bici  cosa que me  hace peder tiempo y perder la estela de Bru.
Ya a la salida del pueblo nos juntamos un buen grupo de unos 12 ciclistas,  después de varias curvas cerradas en las que procuro ir muy despacio, nos encontramos camino de Berbinzana.  Se oyen las primeras quejas,  un artista se está cruzando bastante y obligando a echar el freno a más de uno. Algún kilómetro después yo también me encargo de llamar la atención a este fenómeno ya que se ha pasado al otro carril de la carretera y está mirando hacia atrás  en una zona con curvas poniendo en peligro a los ciclistas que vienen en sentido contrario.
Después de varios kilómetros en este grupo, y viendo que nos empiezan a pillar ciclistas,  saltamos 5  corredores.  Poco a poco empezamos a sacar distancia,  parece que estamos fuertes y con ganas, así Si!!   La primera subida la hacemos a buena velocidad, y  comenzamos la 2º vuelta  con uno menos, ya que un compañero del pueblo parece que se está quedando descolgado del grupo.
  

Me encuentro fuerte, las piernas  me responden y creo voy a hacer un buen segmento de bici. Se notan las salidas de este último mes con la bici, llevaba meses sin apenas tocarla.
Creo que voy en buena posición de los 10 primeros y a la espera del segmento final a pie en el que no se me da mal y suelo adelantar varios puestos.
Curva de 45º  a la izquierda.  Procuro darla cerrado y no muy rápido ya que la carretera está muy resbaladiza.  Salgo de la curva cogiendo carrerilla para comenzar a subir ”la cuesta del médico”, una de las rampas duras que tenemos que sortear.  Pero de repente se me hecha encima otro compañero del grupo. Había dado la curva por el exterior, y al intentar volver a meterse se me hecha encima golpeándome con su rueda trasera en mi delantera. Qué casualidad, es el mismo ciclista al que unos minutos antes habíamos abroncado por su comportamiento.  No puedo hacer nada para evitar la caída,  comienzo a frenar con mi cuerpo sobre la brea  a una velocidad de unos 30km/h. Son unos segundos en los que noto cómo me voy dejando la piel en la carretera y no puedo hacer nada por evitarlo. El corredor que me ha chocado mira para atrás y sigue su camino sin inmutarse.
Rápidamente me levanto del suelo  y tras una breve ojeada a mis heridas y a mi bici  intento ponerme en marcha.
Creo que no podrá ser,  el cambio tocado, el sillín desplazado y un goteo de sangre sobre la bici me hacen ver que no podré seguir. Se ha acabado, mis horas de entrenamiento de estas últimas semanas, la ilusión de correr en mi pueblo delante de mi gente, todo se ha esfumado.
Ha parado el juez de carrera y  me comunica que viene la ambulancia a por mí.  Después de dejar la bici en casa de la madre de un amigo, me recogen no sin hacer una llamada a mi mujer para tranquilizarla ya que no me van a volver a ver pasar por la carrera.
Me dicen en la ambulancia que tengo una buena avería, que debe doler bastante. En ese momento les digo que me duele más el corazón. Después de varios años disputando todo tipo de carreras, croses, medias maratones, duatlones, triatlones, nunca me había retirado y había tenido que hacerlo en una de las que más ilusión me hacía, en la de mi pueblo y en esas condiciones.
Acaba la carrera, la ambulancia me deja en meta y tras muchas muestras de apoyo de todo el pueblo,  la sonrisa de mi hija  hace que se me quiten todos los dolores. Creo que ya sé cuál va a ser la mejor cura para mis heridas,...
Me encuentro con Antonio y David Latasa y tras preocuparse por mi estado, me comentan que han hecho 7º y 10º respectivamente, no esperaba menos de estas figuras.
Tras una ducha rápida en casa, me vuelvo a pasar por la ambulancia para que me den unos puntos en el codo, y me pongan varias vendas y apósitos para las quemaduras. Me comunican que la carrera ha sido un éxito. Bravo por la organización!!
Por mi parte, creo que me esperan unas cuantas semanas de curas, aunque espero volver pronto a las andadas.
Me considero una persona positiva, y a pesar de la desilusión  y de mis heridas de guerra,  creo que me llevo una buena sensación por las continuas muestras de apoyo de todo mi pueblo, y también de la familia Hiruki, que a pesar de que muchos ni nos conocemos,  no me han faltado continuas muestras de apoyo a través del WhatsApp.


HIRUKI POWER!!!!

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